Buenos días lector@s
Dice un buen amigo mío que los cuentos de Charles Dickens están de moda otra vez. Lo dice por la crisis, el paro y la precariedad.
Ya saben, los Cuentos de Dickens son aquellos cuentos con familias rotas por desgracias, pobreza, enfermos, patrones malvados, explotadores y cierto punto tenebroso de niños trabajadores en esclavitud que nos hacían agradecer en la niñez, no tener que padecer aquello.
Estuve de acuerdo con mi amigo pero probablemente, ni mi amigo ni yo, éramos conscientes de la gravedad de su afirmación en toda su dureza.
Para ponerlo de manifiesto vino Jordi, un parado de larga duración en la cincuentena que iba haciendo los trabajos que le salían, subsistiendo.
Jordi, oyendo a la policía llamar a la puerta de su domicilio cuando venían a desahuciarle junto a su pareja por deudas en el alquiler, no pudo más, explotó toda su ira, su dolor, su desesperación, su impotencia y fuera de sí -supongo que también para no hacerle daño a nadie-, se suicidó lanzándose al vacío por una ventana, desde una altura de diez pisos, muriendo y golpeando en las conciencias de aquellos que aún utilizamos de eso.
Conciencia.
Jordi era uno de esos juguetes rotos por la crisis que mata. Uno de nosotr@ cualesquiera.
Hablo en presente porque la crisis sigue ahí, la crisis ha llegado para quedarse.
Mientras los trabajadores seamos pobres, cobrando un sueldo miserable, mientras los empleos sean indignos y los patronos se comporten como indeseables avariciosos, mientras no haya pleno empleo, mientras no haya una vivienda digna para cobijarse y continúen los desahucios con aval legal, la crisis, como aquellas de la Inglaterra del XIX que conoció y padeció el escritor de aquellos Cuentos de Dickens que te hacían atenazar un sollozo en el pecho, ha llegado para quedarse.
La crisis mata por la pobreza energética, por la incapacidad de atender el copago farmacéutico para comprar la medicación, mata por accidente laboral por la precariedad, por la fatiga por horas trabajadas y no cobradas, por la comida basura barata e insalubre y por la falta de medidas en Prevención de Riesgos Laborales. La crisis mata de pena.
Sobra ambición desmedida y faltan valores. Esa es la más oscura de las crisis.
La deuda de Jordi no era con un particular, una persona física, un pequeño inversor con una o tres viviendas. NO.
La deuda de Jordi era con la Banca Avara y Usurera.
El avaro y el usurero, eran personajes recurrentes en Dickens.
La Banca que siempre quiere ganar, demandó a Jordi por impago de alquileres y el Sistema, respondió como un perro bien adiestrado.
Expulsaron a Jordi de su propia vida. Sin más reparos. ¡Y a otra demanda!.
Lo cierto es que la Banca Usurera nos debe un montón de dinero a toda la sociedad. Nos lo debe de cuando la rescatamos de su propia mierda.
Es de justicia comenzar a poner las cosas claras ya que la Banca no va a pagar jamás el salvaje esfuerzo que se nos impuso desde la UE y desde el Gobierno. El austericidio que además detuvo el ascensor social de todas las familias españolas por varias generaciones y aumentó la desigualdad social hasta extremos desconocidos. Todo para salvar a la Banca Avara y Usurera, fueron partícipes de ello la UE, la Patronal, los Sindicatos y el Gobierno.
"No hubo opción" dicen. Cuando Cajas y Bancos quebraron por su avaricia, su ambición insana, su usura dickensiana, su maldad genética, su borrachera de poder, el fracaso de los supervisores del Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores y la nula preparación técnica de sus jerifaltes con mucho traje caro, la cara muy dura y ética ninguna. Entonces hubo que ponerlo en riesgo todo y perderlo para salvar a la banca. La banca gana.
Quienes realmente no tuvieron opción, son las personas que la crisis ya ha matado física, civil y psicológicamente.
Quienes realmente no tuvieron opción, son las personas que la crisis ya ha matado física, civil y psicológicamente.
Quizás la Banca Avara y Usurera, debería dedicar menos dinero a exposiciones, fundaciones y chorradas diversas y venir legalmente obligados a no interponer demanda de desahucio en caso de impago del alquiler/hipoteca de uno de sus pisos, (que son de todos, todos los hemos pagado) cuando el pago, es manifiestamente imposible de realizar, pese a los esfuerzo del deudor.
Debería el Estado también ir exigiendo a la banca Avara y Usurera la devolución del monto de su rescate y los intereses devengados del mismo.
Si no puede ser en dinero que sea en especie. Es decir en forma de los pisos que obran en poder de la Banca y en poder del banco podrido, la SAREB para vivienda social.
La Sareb que además pierde 950M de €, el año 2017 y -ya lo verán-habremos de pagar entre todos-otra vez-, mientras la gente subsiste o muere.
Eso sería justo y además la Banca Avara y Usurera podría además desgravarse esa Obra Social, también en su opaca fiscalidad.
Mientras tanto, importa menos quién haya en el Gobierno Central, Autonómico y Municipal y los gestos que hagan que lo que la realidad que es muy cabrona y la hemeroteca irredenta impongan en los boletines informativos y las noticias. (abre el link que te vas enterar bien de lo que hay y que clase desgraciados te gobiernan, da igual de la raza que sean).
Mientras haya pobreza energética, recortes, paro y desahucios "legales" sin filtro, la crisis que no es más que la expresión más evidente de la victoria de las tesis neo-liberales más salvajes sobre el humanismo, seguirá presente.
Ya ausentes, están Jordi y otras personas que la crisis mató y matará todavía, personas expulsadas de sus vidas.
Náufragos vitales, hundidos en el mar especulativo, ahogados en la incompetencia gubernativa y la miseria moral más atroz.
NOTA DEL A. La Sareb posee mil seiscientas viviendas sociales en su poder que ninguna administración ha reclamado.
Atentos, la burbuja inmobiliaria asoma otra vez el hocico. Los buitres quieren más.
¡Ala! a aplaudir políticos y a ver el Mundial.
LINKS DE INTERÉS entre otros datos investigados por el autor en éste artículo:
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El Ascensor social se ha atascado entre dos plantas, pobreza y riqueza
Las diez vergüenzas nacionales.
¡Ahora vas y lo cascas!
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